Desde la Cámara de Comercio de Córdoba continuamos la edición 2022 de nuestro Ciclo de Entrevistas en la histórica tabaquería y almacén de ramos generales, Casa Petroff.
Ubicada en Catamarca esquina Rivadavia, cumplió 100 años en noviembre pasado y es la más antigua del país de las que permanecen vigentes en nuestro territorio, aún en manos de la familia fundadora.
Basilio Petroff nació en 1896 en Bulgaria y de muy joven le tocó ser capitán del ejército búlgaro durante la Primera Guerra Mundial. Tras ser cesanteado, trabajó en la frontera con Turquía, donde comenzó a comercializar papel de fumar y tabaco.
Así ganó los 30 napoleones de oro que escribieron el primer párrafo de una historia tan increíble como apasionante. Fue ese dinero el que le permitió comprar un pasaje en barco hacia Estados Unidos. Pero a mitad del viaje, un brote de fiebre amarilla obligó a desviar el recorrido. Así desembarcó en Argentina y tras una ardua travesía por la ruta 9, Basilio llegó a Córdoba para trabajar en el adoquinado de calle Rivadavia y en un puesto comercial inmerso en una recova céntrica.
Como si fuese obra del destino, sus primeros contactos en nuestras tierras lo llevaron nuevamente a vender tabaco, esta vez con la ilusión de poder abrir su primer comercio. A principios de 1921, cumplió el primer gran sueño: inauguró su negocio “Cigarrería y papelería Balcán”, en honor a la cadena montañosa que atraviesa el país natal. Meses después lo mudó a Rivadavia esquina Catamarca, donde aún late tras un siglo de historia.
En 1936 arribó desde Bulgaria Cancho, su hermano, y el comercio cambió de nombre a “Cigarrería y Papelería La Habana”. Años más tarde, Pedro Petroff -sobrino de Basilio- llegó a la Argentina para completar el equipo de trabajo.
“Basilio se retira en el año 69’ durante el Cordobazo. Quedó el negocio a cargo de Cancho y mi papá. Ellos trabajaron juntos hasta que Cancho se retiró en el 80’ , cuenta Pablo Petroff (hijo de Pedro), quien actualmente está al frente de Casa Petroff junto a sus hermanas Natalia y Nadina.
Pero el proceso de transición no fue fácil. Su padre llevaba una administración a la antigua, en un cuaderno, sin computadora, casi a oscuras y con un orden particular. Así y todo, comercialmente funcionaba.
“En un momento mi viejo empieza a ceder el mando. Necesitaba volver a Bulgaria a ver a su familia. Se va en mayo de 2007 y con mis hermanas empezamos una etapa de reestructuración y reorden. Incorporamos la planta alta, con el depósito y las oficinas”, agrega.
A partir de ese momento, Casa Petroff dio un giro y cambió el abordaje a lo cultural, dándole espacio al placer del tabaco y el fumo consciente. Antes, el cigarrillo representaba más del 60% de la facturación y actualmente no llega al 15%.
“Cuando entrás te invade la mercadería. Eso es como un homenaje, un respeto al concepto de Basilio de que había que tener el negocio explotado de mercadería. No podés ver las estanterías vacías, tenés que tener siempre mucha mercadería”.
También se renovó el eje respecto a la variedad de tabacos. Comenzaron con su propia marca de puros en el año 2009, cuando ya existía una tendencia de fumar de otra manera, focalizada en el proceso de degustación que no hace daño. Y además dejaron de vender todo lo realizado en madera de árbol nativo, ya que sentaron su posición en contra del desmonte sin control.
Desde siempre ha sido cigarrería, papelería y almacén de ramos generales. Hay tabacos de armar, de pipa, narguiles, puros, pero el cigarrillo ya no es protagonista. Su estilo “retro” es especial: se pueden encontrar ítems como trompos, baleros, bochas, perinolas y muchos otros que crean una invitación a descubrirlos y revivir el pasado.
En la actualidad se encuentran en una etapa de organización del comercio electrónico, con la intención de que sea una experiencia complementaria a la actual, incentivando a mantener la tienda física que da lugar a la humanización en las relaciones.
“Casa Petroff es una institución con historia, dentro de los valores está la responsabilidad y la historia que se proyecta para seguir el tiempo que tenga que seguir. Es transversal a la vida de las personas que estamos en la institución pero no se tiene que llevar puesta la vida”, reconoce Pablo.
Durante 2021 recibieron un reconocimiento como institución tradicional de Córdoba a través del premio Jerónimo Luis de Cabrera “Comercio con Trayectoria” y una mención especial por los 100 años en los Premios Al Comercio.
Casa Petroff abrió sus puertas a la Cámara de Comercio de Córdoba para poder contar su historia. Y Pablo dejó un mensaje para esta entidad que transita un año muy especial:
“Quiero desear lo mejor para la Cámara en este 90° aniversario. Es la referencia, la aglutinante de todos los que somos comerciantes y está bueno que siga presente. Deseo que puedan seguir acompañando a todo el comercio de Córdoba como lo vienen haciendo”.