Desde la Cámara de Comercio de Córdoba continuamos la edición 2022 de nuestro Ciclo de Entrevistas en el comercio de bicicletas y fitness más tradicional de la ciudad: El Palacio del Rodado.
Don Egidio Pedro Heyd era un apasionado de las bicicletas, no sólo porque amaba las carreras sino también por los lindos recuerdos de su juventud que le generaba este noble medio de transporte. Y así también lo transmitía en el día a día a cada uno de sus tres hijos.
Trabajaba en un ferrocarril y por la noche hacía tareas de carpintería hasta que un delicado problema de salud le impidió continuar sus labores.
Meses después, con la urgencia de obtener ingresos para mantener a su familia, tomó una decisión que mucho tuvo de pasión: en julio de 1958 abrió “Casa Heyd” en calle Alvear, un pequeño comercio dedicado a la venta de bicicletas.
El emprendimiento creció gracias a la dedicación de Egidio y su esposa, el principal sostén para lograr años después trasladarse a la enorme sucursal de General Alvear 475 que aún hoy permanece vigente. Con una espectacular inauguración, el aprecio de sus pares y el reconocimiento de sus proveedores, dio inicio la historia grande de El Palacio del Rodado.
El local de casi 400 metros llamó la atención en la zona por su gran dimensión. Si bien ya existían bicicleterías en el centro de Córdoba, la de la familia Heyd motivó el “polo bicicletero” en calle Alvear, la principal referencia del rubro desde ese entonces.
“Promover el uso de la bicicleta debería ser algo que nos llene de orgullo a todos los bicicleteros. Este es mi segundo hogar. Trato de no ser tan nostálgico respecto a la historia porque hay muchas decisiones comerciales que tienen que ver con la coyuntura. Es un orgullo porque fue la empresa que le dio un lugar al apellido en la ciudad de Córdoba, en la sociedad”, cuenta Federico Heyd, nieto del fundador, quien se encuentra al frente de la empresa como 3° generación familiar desde que su papá Omar cedió el mando.
A principio de los 90’ comenzaron el proceso de importación en busca de un diferencial en los productos y en la estética, como así también en el desarrollo de su marca propia. El temor a lo desconocido quedó atrás cuando notaron que esos ítems representaban un gran atractivo. Si bien continúan apostando a fabricantes locales, casi la mitad de las ventas actuales se relacionan a los productos importados.
Aunque es una bicicletería de origen, El Palacio del Rodado ha incorporado a lo largo de su historia muchos productos que dan sentido a su nombre: rollers, monopatines, aparatos de gimnasia, autos infantiles, skates, triciclos, accesorios deportivos y mucho más.
“La gente de más edad que por su desgaste físico ya no puede utilizar la bicicleta tradicional se está volcando a la eléctrica. Ayuda a seguir manteniendo la rutina y es algo que cada día se ve más en cuanto al uso de la tecnología en este medio”, detalla Federico.
La bicicleta ha pasado por distintas etapas. El furor por la infantil tuvo su pico en la década del 70’, aunque hoy en día existe un “boom” de personas adultas que vuelven a este medio para mejorar su calidad de vida, vincularse en grupo y hasta canalizar emociones.
Si de etapas se trata, esta empresa familiar se encuentra en una importante fase de consolidación de sus canales de venta. “Empezamos el e-commerce hace cinco años y la facturación era del 2, 3 o 5 por ciento. Ahora vemos que representa casi un 30%, un número importante sabiendo que nacimos como tienda offline. Contamos con dos sucursales más la tienda que trabaja como una sucursal más y muchos vendedores se están capacitando para cubrir todas las consultas por medios virtuales. Esto va a una transformación y nos tenemos que aggiornar”.
En el año 2018, recibieron una distinción por su trayectoria en los Premios Al Comercio. “Ese premio nos llenó de orgullo porque aunque mi abuelo no estuvo para verlo, de alguna manera creo que se sintió satisfecho por haber logrado ese reconocimiento. Estos más de 60 años tienen que ver con haber entendido cuál era la visión del fundador, de los fundadores y tratar de mantener eso en el tiempo. ¿Por qué duramos tanto? Porque creo que hemos brindado un buen servicio y siempre apostamos a este rubro“.
El Palacio del Rodado abrió sus puertas a la Cámara de Comercio de Córdoba para poder contar su historia. En un año muy especial por el 90° aniversario de la entidad, Federico dejó su mensaje:
“La Cámara siempre trabajó por el comerciante de Córdoba, desde el día en que se pudo inscribir, estuvimos ahí. Es un orgullo que hayan llegado a los 90 años y que sigan participando. El rol sigue estando muy vigente por el día a día nuestro, por la circunstancia del país. Muy agradecidos también por ese soporte porque convengamos que un comercio solo querer levantar la voz es distinto a que la Cámara representándonos nos levante”.