23/11/2021
Desde la Cámara de Comercio de Córdoba continuamos con nuestro Ciclo de Entrevistas, esta vez desde el histórico corredor comercial de Güemes, que celebra 100 años desde que dejó su vieja denominación. Más de cien bares, innumerables historias, galerías, comercios y antigüedades le dan vida a una de las zonas más representativas de nuestra ciudad.
En el año 2007, una revista de tirada bimestral confeccionada desde el corazón de creativos, productores, diseñadores y músicos comenzó a hacer ruido en la “Docta”. Una revista de arte joven en un momento en que Córdoba tenía poco espacio para sus jóvenes emergentes: era Dadá Mini, creada por Nicolás y Guillermo Cacciavillani.
Su crecimiento a nivel nacional extendió la distribución a CABA, Rosario, La Plata y se formó un equipo multidisciplinario en distintas ciudades, lo que motivó la participación y las reuniones de la gente que buscaba divertirse y disfrutar de su arte en múltiples rincones del país.
“Avanzando con la revista lo conozco a Sebastián Gullo y empezamos un poquito a soñar con la idea de por qué no hacer un espacio físico para toda esa comunidad que estaba virtual y física pero sin un bar que la congregase”, recuerda Nicolás.
Así, en pleno 2010, los hermanos Cacciavillani junto a Sebastián dieron origen a Felicidad SRL. Con la ilusión y la convicción de querer abrir su primer espacio como soñaron, comenzaron a visitar distintos barrios de la ciudad.
“Güemes tenía algo que era como un tesoro, un secreto a viva voz. El Paseo De Los Artesanos que arrancó hace muchos años generaba un movimiento de cerca de treinta o cuarenta mil personas todos los findes, con una magia gigantesca. Pero durante la semana no pasaba nada, era una tumba”, agrega.
Sebastián, que ya conocía la magia de esas calles, llevó a Nicolás a ver un garaje en plena Achával Rodríguez, donde sólo con una mezcla de locura y visión podían imaginar en transformarlo por completo. Enamorados del potencial de ese espacio, no lo dudaron. Inauguraron allí su primer bar: Dadá Mini -sí, como la revista, en su nombre y en su concepto-.
Cuando firmaron el contrato, el dueño de la propiedad, Plácido Pelatía, exigió de palabra una condición fundamental: no abrir solamente sábados y domingos. Ese consejo, disfrazado de exigencia, se convirtió a las pocas semanas en un verdadero éxito: Güemes empezaba a tener vida todos los días.
Un año después abrieron Milk, un bar coctelero, de los primeros que aparecieron en Córdoba y dejaron su huella. Luego surgió Apartamento, orientado más en el tapeo, con un estilo de carta ágil más mediterránea y con el vino como producto estrella.
Un grupo de desarrollistas inmobiliarios propuso hacer Barrio, una de las primeras galerías diferentes del corredor de Güemes, y ofreció a Felicidad llevar adelante la gastronomía. El trío trabajó durante dos años y medio en la apertura de una cervecería –Capitán-, una Brunchería, con una propuesta que tenía abierta la carta todo el día, innovadora en Córdoba en ese momento; y el restaurante Gordó -hoy transformado en Billy Beer.
“Fue mucho trabajo convenciendo a cada cliente que venía, contándole que en la semana pasaban cosas, que había mucha propuesta cultural que se alineaba con lo que el barrio tenía para ofrecer; con esta dinámica de los artesanos, las antigüedades, de esta idea nostálgica y las bandas que estaban empezando con la escena indie a florecer en Córdoba. De a poquito fuimos construyendo una comunidad alrededor del barrio muy fuerte”, recuerda Nicolás.
También organizaban la Fiesta de Bares, a través de la cual invitaban a comerciantes gastronómicos de otras zonas de la ciudad. “Se quedaron sorprendidos, no conocían el potencial que había. Creo que el boca en boca que impulsamos fue haciendo que el barrio tome este color” , reconoce.
Cada marca tiene su personalidad, su estilo de producto, de ambiente, de servicio y hasta una experiencia particular. Dadá busca que la gente sienta que está de vacaciones; Capitán que su público tenga la sensación de estar rompiendo la rutina; Billy, en tanto, hacer sentir la esencia under de un lugar que no es para todos; y Apartamento tiene el objetivo de conectar a las personas con el vino y su historia narrativa. Es por ello que, como lo dicen sus fundadores, Felicidad se ha transformado verdaderamente en un estilo de vida.
“El desafío es seguir dialogando con las comunidades más jóvenes. La visión que tenemos a largo plazo, el para qué de Felicidad, es recordar a la gente lo importante que es disfrutar el tiempo”.
El año pasado tuvieron una gran prueba de fuego. Como en tantos sectores, la pandemia golpeó de lleno y sin avisar. Fue un shock. Lo económico, lo estructural, lo logístico (implementaron delivery) y hasta lo protocolar significaron enormes desafíos en medio de una gran incertidumbre. “Dejó en evidencia que tenemos un equipo impresionante que se puso la cuarentena al hombro. Para nosotros la gastronomía son personas. No son los fierros, no son las mesas, no son los techos, no es la pintura. Son las marcas y las personas”, pronuncia Nicolás, que se enorgullece al mencionar el enorme esfuerzo de las casi cien personas que emplea Felicidad.
Este 2021 es especial: Güemes celebra los 100 años desde que dejó su antigua denominación de Pueblo Nuevo. Un barrio obrero de nacimiento, con un gran asentamiento de inmigrantes que dio origen a la primera expansión de la ciudad. La histórica Casa de Pepino y la Plaza de las Carretas fueron banderas del comercio, como desde hace cuatro décadas lo es el clásico Paseo de las Artes.
“Felicidad ha sido parte del último tramo de la historia. Güemes tiene una naturaleza muy clara: la nostalgia y la vida cultural. En el último tiempo, el peatón ganó lugar y los bares salieron con mesas a la calle. Eso generó frescura, movimiento, una cosa hermosa. Estamos articulados con la gestión pública para trabajar en residuos y la puesta en valor de la zona urbana. Imagino que seguirá creciendo y manteniendo ese bullicio, esa cultura bohemia, su vida propia…”.
Fotos: Cámara de Comercio de Córdoba | www.aymag.com.ar | www.cordobaturismo.gov.ar
