Desde la Cámara de Comercio de Córdoba continuamos con nuestro Ciclo de Entrevistas, esta vez desde el Corredor Comercial Argüello, ubicado en el noroeste de la capital cordobesa y considerado uno de los más imponentes de nuestra ciudad.
Allí, hace casi cuatro años y junto a dos de sus seis hermanos, Andrés Arce unió los sueños familiares para dar a luz a Pano Karno, dando cuenta del propósito emprendedor y su admiración por un producto amado en la mesa argentina.
“Cuando decidimos poner el local sabíamos que es algo que todo el mundo ama y no había un lugar cien por ciento dedicado a su fabricación con tanta variedad. Desde el día uno el objetivo es que nuestro cliente sienta y viva la experiencia de nuestras milanesas frescas y hechas como en casa”, destaca el hermano mayor de la familia.
En un principio, el pescado fue una de sus grandes apuestas junto a su producto estrella, pero la gente ya los había identificado. Tal es así que, durante un día que transcurría con total normalidad, una mujer ingresó al local y consultó “¿Esta es la casa de las milanesas?”. Sin saberlo, marcó un antes y un después: a partir de ese momento, el emprendimiento se catalogó Pano Karno – Casa de milanesas.
En un mundo en el que vivimos tan acelerados, incluso muchas veces a contrarreloj, surgen como una de las opciones más rápidas en cualquier momento, con mil y una forma de prepararlas y una innumerable cantidad de opciones para acompañarlas.
Una de las preguntas que se instalan en la mente de todo emprendedor antes de abrir un negocio tiene que ver con su ubicación, lo que sin dudas es de las decisiones más significativas que se debe tomar pensando, entre otras cosas, en la calle, la orientación y el consumidor.
“La sucursal número uno está prácticamente muy cerca de lo que fue siempre la casa de nuestra infancia, tenemos un gran cariño a la zona de Argüello. Es muy grande, tiene un flujo de gente constante, principalmente en sus avenidas principales. Inclusive tres de nuestras sucursales están sobre la Recta Martinoli”, cuenta Andrés.
Las recomendaciones de sus clientes les permitió crecer a ritmo acelerado. Considerados como esenciales durante toda la pandemia, lograron reponerse al cierre de algunas sucursales y abrieron dos locales durante el último año, sumando cuatro en total además de su fábrica.
“Si bien se presentaron muchos obstáculos porque muchos de nuestros clientes viven en zonas alejadas, eso fortaleció el envío a domicilio que hoy prácticamente funciona como una sucursal más. Si tengo que evaluar nuestro desempeño creo que ha sido muy bueno porque en situaciones difíciles hemos reaccionado y actuado de manera rápida a lo que demandaba el mercado”, admite mientras agradece a su equipo de trabajo por el esfuerzo.
Son trece personas entre administrativos, empleados de locales y de la fábrica -donde también trabaja su madre- quienes todos los días hacen posible la apertura de cada sucursal.
Actualmente, Pano Karno se concentra en potenciar su logística y sistematizar los procesos de producción en búsqueda de crecer aún más, incorporando la fabricación propia de otros productos congelados.
“Es una empresa en la que estamos todos juntos. La idea es crear muchas unidades de negocios y que puedan crecer en cada una de ellas. A los comerciantes les digo que sean claros a la hora de plantear una idea con sus empleados, con su organización, para que en los momentos adversos sientan el apoyo y puedan salir adelante”, culmina Andrés.