Desde la Cámara de Comercio de Córdoba damos continuidad a nuestro Ciclo de Entrevistas, nuevamente desde el Corredor Comercial Ruta 20, donde encontramos al joven Supermercado La Fuerza, fruto de una valiente decisión que dio inicio a un nuevo camino comercial.
Diego Sergio Colansky tiene 42 años y hasta hace poco más de cinco era empleado en una empresa en la que llegó a desempeñarse como supervisor. Cumplía su jornada de ocho horas diarias, regresaba a su casa con tranquilidad y un sueldo mensual asegurado. Pero internamente el deseo de emprender comenzó a ganarle a esa “comodidad” y pensó en cambiar su vida. Así, se animó a tomar una gran decisión: ser comerciante.
“Fue un cambio muy importante. Cuando empecé con el comercio trabajaba muchas más horas y surgían más preocupaciones. Los primeros momentos fueron muy difíciles, económicamente también. Poníamos los precios con una maquinita, artículo por artículo y cuando cambiaban era una locura —ríe—. Demandó muchísimo pero fueron grandes aprendizajes”, recuerda Diego.
Su padre, dueño de un negocio en barrio San Martín hace veinte años, fue la principal referencia: lo ayudó en las primeras compras, le brindó consejos para vender y le transmitió gran parte de su experiencia. Sin dudas fue una motivación más para él, quien eligió el rubro supermercadista al sentir el deseo de la gente por comprar todo en un mismo lugar.
Entre todas las decisiones que le tocó tomar en tan poco tiempo, debió responder una pregunta fundamental: ¿en qué lugar de Córdoba abrir un supermercado? El Corredor Comercial Ruta 20 fue el elegido. “Hay mucha gente que va hacia Carlos Paz o hacia el centro y pasa por acá. Es una zona linda que ha tomado mucho valor en los últimos años, con gente muy buena también. Se busca para vivir porque está todo al alcance. Rosedal y Los Naranjos son los barrios cercanos, vienen también desde Matienzo y alrededores”.
Ubicado en Av. Fuerza Aérea 2869, este súper cuenta con un equipo de trabajo conformado por cinco personas. Diego estuvo acompañado por su hermano desde el comienzo y dos años después llegó su madre desde Buenos Aires para sumarse. “Trabajar con mi familia no fue tan fácil, si bien tenemos mucha confianza entre nosotros, hay que adaptarse e intentar que el trato sea similar con todos”, reconoce.
La Fuerza no fue una elección al azar. Si bien acompaña el nombre de la avenida, el significado de fortaleza y de ser lo que ayuda a atravesar los instantes más difíciles los identificó. Lograron sobreponerse a un enrevesado comienzo e incorporaron rubros, a tal punto que hoy se puede encontrar comestibles, fiambres, bebidas, vinoteca, verdulería, pollería, productos de limpieza y hasta bazar.
Claro que otro momento que los puso a prueba fue el contexto de pandemia en el que aún convivimos. Si bien durante los primeros meses de confinamiento las ventas se incrementaron en el rubro, debieron trabajar muchas más horas e incluso resignaron rentabilidad por el cumplimiento de los programas nacionales.
“La gente que no quería estar cerca de muchas personas prefirió venir a estos lugares. Se dieron cuenta también que no es tan distinto a los supermercados más grandes. En la mayoría de los artículos prácticamente no hay diferencia. Nos adaptamos al contexto, al principio implementamos guantes descartables para los clientes e incluso incorporamos una persona más”.
Diego destaca la relación con los clientes y proveedores como el aprendizaje más importante de estos últimos meses. Considera que la buena atención y la amabilidad es lo más importante e intenta inculcarlo en su equipo, así como atender con una sonrisa, convencido del valor que ese gesto tiene para cada persona que ingresa a comprar.
También se anima a soñar con abrir una sucursal, un súper más en el mismo corredor comercial por el que siente tanto afecto. En sus primeros años dentro del sector atravesó las más diversas emociones, con miedos superados, metas por alcanzar y permanentes desafíos.
“Ser comerciante no es fácil, es una vocación que requiere mucho esfuerzo, trabajo y dedicación, pero el cariño de los clientes y de los compañeros es muy gratificante. Me gustaría seguir dando trabajo”, finaliza Diego.